Coyoacán


Coyoacán es una de las 16 delegaciones del DF, y para mi gusto, ¡la más bonita!. Era un antiguo pueblito, con sus calles empedradas que fué absorvido por el crecimiento de la Capital. Aquí se estableció Hernán Cortés cuando conquistó Tenochtitlán (o eso dicen) y la Malinche (su traductora y amante). La mal llamada "Casa de la Malinche" (mal llamada porque se construyó 200 años después de su muerte, y hay mexicanos muy longevos, ¡pero no tanto oiga!) es uno de los ejemplos de la típica arquitectura colonial del centro de Coyoacán, casonas enormes con ventanas enrejadas que dan a la calle y dejan entrever lo que esconden sus altos muros. La vegetación es extremadamente exuberante, tanto crece que las raíces también quieren salir a la luz, vamos que pasear, pasear, para moverse más bien hay que ir dando saltitos.


La vida en Coyoacán parece que se ha quedado anclada en un tiempo de máxima felicidad. Los fines de semana los parques se llenan de gente con sus perros, sus niños, sus libros... porque aquí se lee mucho, se lee en los cafés, en los parques, sí sí, eso que hemos dejado de ver en España, aquí se mantiene. Hay múltiples librerías por todos lados, la más famosa es la librería Gandhi, pero también está la librería El Sótano y otras librerías más pequeñas. De las que hablaré en otro momento.


Plaza del Centenario

Plaza Hidalgo

Tras la caminata, y con la boca abierta de tantas cosas con encanto, nos tomamos un par de cervecitas, más que nada para comparar..., y a las cervecitas les siguieron unas enchiladas, por supuesto. El sitio elegido, una antigua hacienda, y el resultado: unas enchiladas suizas y unos chilaquiles que estaban para chuparse los dedos, ¡y la salsa no picaba!